Resumen. En los últimos años en Chile han ocurrido varios terremotos superficiales asociados a fallas activas en la zona cordillerana que han interesado a los especialistas por la amenaza que ellos representan. Algunos disponen de estudios efectuados con escasos datos instrumentales, como es el caso de la secuencia de Las Melosas de 1958 concluyéndose que consistió en una fuente compleja compuesta de una serie de 3 eventos de magnitud de 6.9, 6.7 y 6.8 respectivamente. Otros eventos ocurridos más recientemente, como el sismo de Chusmiza 2001, de magnitud 6.3 y el sismo de Curicó 2004, de magnitud 6.4, han despertado gran interés entre sismólogos e ingenieros por tratarse de eventos inusuales por su magnitud y que fueron registrados con equipos sismológicos de última generación con gran rango dinámico y una banda ancha que permite analizarlos con un mayor detalle. Todos ellos son sismos de profundidad superficial (< 15 km) y con epicentros alejados de ciudades importantes, lo que posiblemente explica el escaso daño observado.
En este trabajo se reevalúa el sismo de Las Melosas de 1958, ocurrido en la Región Metropolitana al interior del Cajón del Maipo incorporando, a las observaciones previas, nuevos antecedentes sismológicos y geológicos que permiten identificar la zona epicentral, tamaño y mecanismo focal. Se presenta además un análisis de detalle del sismo de Chusmiza del 2001, utilizando datos de banda ancha telesísmicos y a distancia regional, acelerógrafos a distancias intermedias y datos satelitales para confinar el mecanismo de ruptura. La fuente del sismo de Curicó de 2004 se analiza también con sismómetros de banda ancha y acelerómetros. Los resultados son interpretados dentro del contexto sismotectónico de los Andes y ponen en evidencia la presencia de fallas activas en esas zonas que acomodan la deformación cortical. Para evaluar las implicancias en el peligro sísmico se realiza un análisis comparativo entre los registros de los eventos de Chusmiza 2001 y Curicó 2004, con los registros de los terremotos de Northridge 1994 en EEUU y Kobe 1995 en Japón. Se observa que las aceleraciones máximas chilenas son mayores que las propuestas para terremotos superficiales de California EEUU y que los acelerogramas de los terremotos superficiales chilenos poseen un contenido de altas frecuencias mayor que los de Kobe y Northridge.
Congreso Chileno de Sismología e Ingeniería Antisísmica IX Jornadas - 2005
Fuente: http://www.achisina2010.uchile.cl/